jueves, 1 de noviembre de 2012

Raynham Hall: La verdad que se convirtió en Leyenda

Y como ya es costumbre de este blog, la historia de fantasmas llega en el día de muertos como corresponde a México, porque aquí no nos andamos con gringaderas.
Y hoy venimos con una de las más famosas, históricas y embrujadas mansiones , se trata de Raynham Hall y su Dama de Marron.



Este lugar es ya toda una leyenda en Inglaterra y más allá de sus fronteras.
Se trata de una de las más antiguas Mansiones de la historia inglesa, ubicada en el Este de Inglaterra en el condado de Norfolk. Construida en 1619, Raynham Hall ha sido por casi 400 años la sede de la familia Townshend. El Hall ha dado su nombre al área conocida como The Raynhams, la cual se reporta como encantada y ha dado escenario a la probablemente más famosa fotografía de fantasmas en la historia, la famosa dama de Marrón descendiendo de la escalera central.
Numerosos fantasmas rondan la enorme propiedad desde siglos pasados sin embargo, la más famosa de todos es la Dorothy  Walpole, conocida como “La Señora de Raynham Hall” o “La dama de Marrón” quien protagoniza la famosa fotografía que ha dado la vuelta al mundo de el espectro en la escalera principal de la mansión, la cual fue tomada el 19 de Septiembre de 1936 por dos fotógrafos profesionales quienes realizaban un sesión de fotos de la casa para la famosa revista “Country Life”.
Eran el Capitán Hubert C. Provand, director de Arte de la firma comercial londinense Indra Shira Ltd., y su socio Mr. Indra Shira, expertos en fotografía, ambos abandonaron aquella mañana su oficina de Picadilly para dirigirse juntos a la mansión señorial de la campiña inglesa: Raynham Hall, propiedad de los Marqueses de Townshend.
En aquel entonces la firma comercial había adquirido recientemente el permiso para fotografiar la bella mansión, una de las construcciones más antiguas en el corazón de Londres Inglaterra.
Esa mañana, los proyectos destinados para esa propiedad marchaban de maravilla. Al llegar los guardias les abrieron las puertas de hierro, una vez en el interior la jornada de trabajo comenzó, haciendo caso omiso a las leyendas que circundaban aquel lugar de espíritus y espectros que aparecían a plena luz de día ante los ojos de los turistas. Pero siendo los dos expertos y profesionales poco o ningún interés podían tener en la persecución de fantasmas.
El día transcurrió de lo más normal, para las cuatro de la tarde ya habían concluido las sesiones fotográficas para los pisos superiores. Una de las bellezas de aquella mansión era la inmensa escalera de roble, majestuosa y señorial que unía al primer piso con el segundo. El Capitán Provand se encontraba preparando el disparo de la cámara precisamente en el último escalón de aquella belleza de madera. Mientras que su compañero Indra Shira se encontraba sosteniendo el flash en el aire buscando el mejor ángulo para que la foto saliera.
De pronto Mr. Shira se sobresaltó anunciando que había algo en la escalera, pero el Capitán no le dio tanta importancia pensando que le hablaba de la belleza natural de aquella escalera.
Fue en ese momento que ambos pudieron observar como una sombra bajaba claramente por las escaleras, de primer momento pensaron que alguien les estaba jugando una broma, pero se dieron cuenta que aquello era imposible ya que en Inglaterra respetaban mucho las tradiciones.
Aquella visión flotaba claramente a nivel de los escalones y se acercaba a ellos. Para entonces ya estaban seguros de que se trataba de un espíritu. El corazón comenzó a agitarse, aquello era la oportunidad para fotografiar a un ser de otro mundo. Uno de ellos tomó con decisión la cámara y en cuanto tuvo la sombra frente a él, disparó. Momentos después uno de ellos estallo en risa sin poder contenerse, el otro se contuvo y se mostro más propio pues estaba seguro de que sólo habían captado la escalera y entre bromas y apuestas se retiraron del lugar.
Una vez en su oficina llamaron a la primera persona que se encontraron para que fuera testigo y diera fe de la fotografía, se trataba de un contador que estaba por retirarse pero ellos se las ingeniaron para que se quedara.
Una vez en el cuarto de revelado, el contador fue testigo de cómo la placa era colocada en la solución de revelado directamente desde la cámara.
Y ante los asombrados ojos de los tres hombres fue apareciendo lentamente la majestuosa dimensión de la escalera, y en la misma, una figura alta, etérea y femenina de una mujer vestida con ropas blancas y largas. Las facciones no eran discernibles pero sí podía verse difusamente que se trataba de una mujer de aproximadamente 30 años. Llevaba puesto una especie de manto nupcial y una capucha en la cabeza.

Dicha fotografía junto con la historia, fue publicada en dos de las mejores revistas inglesas. Pero esto sólo desató fuertes polémicas acerca de quién era el fantasma de aquella fotografía. Ya que de acuerdo a las leyendas inglesas existen varios espíritus que vagabundean por los enormes corredores de Raynham Hall.
Uno de ellos es James Scott, duque de Monmouth hijo de Carlos II. El motivo por el cual el duque prefiere vagabundear en un edificio construido 40 años antes de su muerte es desconocido. También varios de sus hijos se ven el los pasillos así como un perro negro. Pero el espíritu que capturo la cámara es aparentemente el de Dorothy Walpole, hermana de Robert Walpole, uno de los mas grandes primeros ministros de Inglaterra.

Lady Dorothy Walpole
Pero ¿Quién podría demostrar esta hipótesis? Según la tradición esotérica, los espíritus de las personas que han llevado una vida agitada, en ocasiones poseen la tendencia a permanecer en el plano material en el cual murieron. Ahí cometieron sus errores que condensaron su espíritu y que lo encadenaron al plano inferior y por lo tanto ahí deben purgar durante un tiempo.
Entonces ¿Cómo explicar que Drothy estuviera penando en aquel lugar?. Pues bien, algunos autores que han escrito sobre la vida de esta muchacha, han revelado que desde su más temprana edad dio muestras de dos cosas: una esplendida belleza femenina y un total desprecio por las austeras costumbres de la época.

Lady Mary Pierrepont (1686 - 1762)
Lady Mary Pierrepont, cronista de Londres, escribió sobre ella:
- Era una chiquilla de belleza excepcional. Y sabía usarla a la perfección. No había escándalo en el cual no estuviese envuelto su nombre. A la edad de 23 años ya había sido expulsada de dos hogares, uno de ellos destruido -


 
Sir Robert Walpole
Huérfana desde muy temprana edad, Dolly (como la llamaban) fue a vivir con Robert, su hermano mayor. Para un escándalo entre la sociedad inglesa, se murmuró sobre un idilio entre la muchacha y Robert. Catherine Shorter (1682 – 1737), esposa de Robert se apresuró a poner en la calle a la pariente capaz de cometer un incesto que, aun en nuestros días se ve oprobioso. Más Dolly no se dio por enterada o arrepentida.
Siendo miembro de la más exclusiva sociedad no tuvo problemas en ser recogida por la familia Wharton. Lady Wharton conocía a Dolly desde su nacimiento. La recibió como a una hija y así la trató, sólo para que la muchacha respondiera sosteniendo un romance con su maduro esposo el marqués Addison. Por tal motivo fue nuevamente expulsada de ese lugar.
Pasó un tiempo en que se desvanece de la sociedad y  de las reuniones sociales. Cuando se acalla su último escándalo, aparece en la mansión de la familia Townshend, los dueños de Raynham Hall. Allí viviría Dolly el resto de su vida.
Por coincidencia o por otra causa, la esposa de Charles Townshend muere a los pocos meses de su llegada. Menos de un año después el viudo contrae nupcias con Dorothy.

Charles Townshend
La influencia de Charles Townshend en el parlamento era sólo comparable a la que había tenido el padre de Dorothy. Muchos consideraron esta boda una especie de alianza familiar, pero para aquellos íntimamente ligados a la pareja, nada tenían que ganar con su unión. Los años pasaron y Dorothy tuvo varios hijos de Charles.
Trece años después Dorothy moría prematuramente. Nunca se llegó a saber exactamente el motivo de su muerte. Se rumoró de una enfermedad infecciosa. Los más osados hablaron de desavenencias en el matrimonio. Un sirviente de lengua floja, aseguró en una taberna haber visto como a la señora la empujaban por la escalera de Raynham Hall hacia su muerte. Pero todo quedo en el misterio.
Pero lo que sí era público y notorio en Londres es que Dolly no se llevaba nada bien con Charles popularmente conocido como “Lord Nabo” por su obsesión de cultivar nabos en sus tierras y promocionarlos, y se decía que éste la confinó a una torre en la parte sur del inmenso edificio. Según los sirvientes, se pasó en aquella torre más de diez años sin ver la luz del sol, pero este dato entra en conflicto con los 6 nacimientos que se dieron en los años:  1716 (nace Augustus) , 1718 (Horatio), 1719 (Edward), 1721 (Richard), 1722 (Dorothy) y 1724 (Mary). ¿Cómo puede una mujer parir 6 hijos en condiciones tales de cautiverio? se preguntan algunos, sin embargo es  posible.
Lo que sí es un hecho era la tambaleante relación entre el matrimonio quienes pasaban un mes bien y un mes mal, así durante 13 largos años.
Casi inmediatamente después de su muerte, el espíritu que aterrorizaría a todo aquel que se acercaba a Raynham Hall empezaría a manifestarse por cerca de 300 años. Sin embargo los primeros en verla fueron los sirvientes de la gigantesca mansión. Para ellos el espíritu de Dolly estaba ahí presente. La única diferencia era que la muchacha llevaba puesto un manto oscuro y no claro como salió en la foto.
Años más tarde se cuenta que dos psíquicos solicitaron permiso al patronato de la mansión para hablar con el espíritu errante de Dolly. De esta manera en el siglo XVII se suscitaron los primeros intentos para establecer contacto con el espíritu de esta mujer. Cabe destacar que el viudo Townshend y sus hijos abandonaron el lugar poco después de las primeras apariciones dejándolo en manos de una compañía especializada en mantenimiento.
Los Caballeros recibieron el permiso. Durante dos noches invocaron el espíritu de Dolly desde un salón particular que ella acostumbraba a usar durante la hora del té. No sucedió nada.

A la tercera noche comenzaron a escucharse unos sollozos ligeros. Después una carcajadas nerviosas. Y apareció el espíritu de Dolly en su atavío oscuro. Venía directamente de la puerta aun cuando la atravesó como si fuera de aire. Uno de los médium decidió colocarse en el camino del espíritu. Dolly pasó a través de él como si no existiera, dejándole una frialdad tan grande en el organismo que casi le causa un colapso. A partir de aquella historia el palacio quedo prácticamente vacío. Sólo unos cuantos guardias custodiaban nerviosos sus corredores y habitaciones interminables.
Pasarían muchos años antes de que el Rey Jorge IV de Inglaterra decidiera usar Raynham Hall como mansión de descanso. Jamás lo hubiera hecho. Se habilito “El cuarto de estado” para su regia presencia. En el medio de la noche fue despertado por unos fuertes sollozos confundidos con histéricas risotadas. Allí al pie de la cama estaba el fantasma de Dorothy. Vestía su ropón oscuro y sus ojos desprendían fuego, mientras que su rostro era de una palidez espantosa. El Rey abandonó Raynham Hall al día siguiente al amanecer jurando no volver jamás a aquel lugar maldecido por el diablo.
Pasaron los años y los descendientes de la familia Townshend decidieron volver a la casona. Para celebrar su apertura celebraron con un baile. Fue en este baile que volvió a verse el fantasma de Dolly. Esta vez por varios invitados y lo que era peor, la fantasmal figura era perfectamente visible en todos sus rasgos, a tal extremo que varios testigos afirmaron que la misma carecía de ojos.
Pero no sólo eso sino que el poeta y escritor de fama mundial Frederick Marryat de 52 años, en el año 1834 constantemente se le había oído decir que “deseaba encontrarse con un verdadero fantasma para demostrar que era una verdadera mentira”. Su oportunidad llegó cuando los descendientes de Townshend le invitaron a Raynham Hall. La primera noche nada sucedió.
La segunda noche prometió que si había algún espíritu en aquel lugar lo espantaría con un balazo. Y de allí en adelante durmió por dos noches con un revolver bajo su almohada. Marryat era un ferviente admirador de las armas de fuego. A la tercera noche fue despertado por dos sobrinos del abuelo Townshend.
Eran dos jóvenes fervientes admiradores de sus novelas y que compartían su afición por las armas de fuego. Venían a pedirle su opinión sobre una nueva pistola que habían adquirido. Marryat los acompañó hasta su habitación donde intercambiaban opiniones sobre el arma. A la una y treinta de la mañana, los jovencitos acompañaron de vuelta al escritor a su habitación. Cuando caminaban por el pasillo vieron a una figura luminosa que avanzaba directamente hacia ellos. La forma o cosa estaba vestida como el cuadro que había en la sala grande – el de Dorothy - . Se detuvo frente a ellos. Pero lo que más los impresiono fue su risa. Dolly o lo que fuera rompió en una carcajada que no tenía nada de humana. Desde aquel día Marryat jamás volvió a Raynham Hall. Años después escribiría una novela gótica sobre espíritus en la cual reconocería en el prologo que estaba equivocado en su concepción del mundo que esperaba tras de la muerte física.
Después de estas apariciones el fantasma de Dolly no volvió a aparecerse hasta noviembre de 1926.
Esta vez ante el único descendiente que quedaba vivo de la familia Townshend. Era su tataranieto Bruce. El niño de diez años de edad afirmó que conversó con la dama de blanco y que ella se mostro amable. Era a primera referencia al cambio de color en su indumentaria.
Según los estudiosos en la parapsicología, ese paulatino cambio de color en los ropajes del espíritu, responde a la natural evolución espiritual del espectro de Dolly en el otro plano existencial. Y se refiere al progresivo desapego del espíritu al plano material al que perteneció en vida, para elevarse a un plano espiritual superior. Ya que se dice que cuanto más oscuro es el ropaje, más apegada esta el alma al plano material y cuanto más claro más elevación y desapego al plano material.
Este cambio de color se fue dando a través de más de doscientos años, confirmado por los múltiples testigos de sus apariciones. Pasando de un férreo marrón a un blanco ebúrneo, Fueron necesarios 206 años para que el fantasma se deshiciera de su “capa terrenal” e iniciara su lento ascenso hacia otro plano de existencia superior. Se especula que al momento de su muerte llevaba puesto su famoso vestido marrón y que al pasar de las décadas este fue destiñéndose en toda la gama de grises hasta llegar al blanco actual.

Décadas después se tomaba aquella fotografía, que ilustraba el artículo de aquellas revistas. Pero aún así la incógnita del fantasma que vaga por Raynham Hall permanece en el aire desde hace siglos.
Hoy en día años después que tomaron dicha fotografía, los encargados de cuidar el lugar no han permitido el acceso a los especialistas de lo paranormal, quienes al parecer serian los únicos que podrían esclarecer dichas historias. 


Lady Catherine Shorter


La bella mansión histórica Raynham Hall
Puede que ahora no nos parezca espectacular, pero en sus tiempos, esta era un prodigio de construcción.