Como ya saben, el mes de Noviembre es el mes de lo
paranormal aquí en mi blog, porque creo firmemente en respetar nuestras
preciosas tradiciones y herencia cultural.
Tristemente ahora a todos les ha dado por celebrar el Halloween.
Que lo hagan en Halloween (31 de Octubre) como fiesta de disfraces para
adultos, no me molesta, pero que en pleno día de muertos (1 para amanecer 2 de Noviembre)
los escuincles ridículos salgan a gritar “¡Queremos Halloween!” haciendo
desmanes y quebrando ventanas, muy al estilo Gringolandia, ya es demasiado, e
imperdonable, esos sí que se merecen una visitadita de La Llorona, la Dama de
Rojo, el Nahual, el Charro Negro, El Ahuizotl, o la mismísima Catrina, para ver
sí así, los padres y sus hijos se educan. Ya fue mucho arrastrarse ante otras
culturas ¿no les parece mexicanos?.
Especialmente siendo la cultura mexicana una de las más
ricas del mundo, y que es apreciada por todos los de fuera, pero por muy pocos
de los de adentro… No le pide nada a nadie, hasta tiene para repartir, entonces
¿Qué tanto buscan afuera ch#$%?
Por eso hoy les platicaré de una leyenda originalmente mexicana
que extrañamente es poco conocida pero que es muy interesante, y que algunos
han tenido la osadía de decir que pertenece a otro lugar. Y hablamos de La Dama
de Rojo.
La Dama de Rojo
Corría el año de 1940 en la ciudad de Tehuacán, en Puebla, México, que
albergaba uno de los hoteles-spa, más elegantes de todo México, el mítico Hotel
Garci-Crespo, paso obligatorio para el turismo no sólo nacional sino
internacional de clase alta de aquella época, y de quien se dice fue el lugar
de nacimiento de la tan famosa bebida “Margarita”.
Un día, llegó a hospedarse al hotel una hermosa mujer
vestida de rojo, cuya belleza sin igual, porte y elegancia al andar, y el
arrebatador aroma de su perfume arrancaban suspiros de los caballeros al pasar,
flechando de inmediato al joven gerente del hotel, quien completamente
enamorado, no dudó en confesar sus sentimientos a aquella dama escarlata.
La joven no estaba interesada en una relación sería y
estable, pero aun así acepto tener un amorío con el joven gerente. Al pasar de
los días, aquel romance comenzó a decaer, debido a los terribles celos que
provocaba en el gerente, quien no soportaba que otros hombres si quiera miraran
a su bellísima amada, cosa que a ella poco le importaba, y era común verle
recorrer el hotel ataviada en deslumbrantes vestidos rojos, sonriendo coqueta
con sus labrios escarlata a los caballeros.
Y de entre ellos, pronto un apuesto y adinerado huésped puso
sus ojos en ella y se propuso a conquistarla. Cosa que logró en poco tiempo,
desafortunadamente para la nueva pareja, fueron descubiertos en uno de sus
encuentros amorosos por una empleada quien pronto le comunicó su descubrimiento
al gerente. Este se puso furioso, pero decidió aparentar que no pasaba nada,
sin embargo ordenó a su empleada que cuando se diera otro encuentro se le
comunicara de inmediato.
No pasó mucho tiempo cuando una empleada tocó
desesperadamente la puerta del gerente, para avisarle que ambos amantes estaban
juntos en esos momentos.
El gerente corrió al lugar, encontrando a la dama en brazos
del otro hombre, el joven huésped, aterrado por la furiosa expresión del
gerente, escapó del lugar cobardemente dejando sola a la joven quien fue victima
de la ira del gerente quien arremetió a golpes contra la mujer, hasta
arrancarle la vida. El gerente, asustado con lo que había hecho, decidió
ocultar el cadáver, y con la ayuda de su fiel jardinero, envolvieron el cuerpo
desecho de la mujer en el elegante vestido rojo, enterrándola clandestinamente
en uno de los jardines del hotel.
Con el pasar de las décadas, el hotel fue trasformado en una
muy conocida Universidad.
A ella llegó a inscribirse un joven llamado Alejandro, cuyos
nuevos amigos invitaron a una fiesta, y al calor de las copas comenzaron a
habar sobre la leyenda. “¿Sabías que en la uni se aparece la Dama de
Rojo?” le dijeron, “Yo no creo en esas cosas” comento
el joven, razón por la cual sus compañeros decidieron retar su valentía “¿Sabes
que los de nuevo ingreso deben de ir por la madrugada a la universidad a buscar
la Dama de Rojo?”.
Alejandro, no estaba seguro de querer aceptar tan
absurdo reto, sin embargo no queriendo ser llamado cobarde, término por
aceptar, y esa noche fue a buscarla, siendo animado por sus amigos mientras lo veían
partir hacia la universidad.
Brincando la barda y de manera cautelosa, comenzó a
deambular por los jardines de la universidad, sin toparse con nada realmente, pero,
entre más se internaba, un nerviosismo irracional comenzaba a apoderarse de él.
Pronto comenzó a escuchar algunos ruidos extraños y de repente escuchó un
murmullo que le llamaba por su nombre. Pensando que quizá serían sus compañeros
jugándole una broma, trato de tranquilizarse y continuó con su recorrido. Manteniéndose
alerta, comenzó a escuchar unos sollozos, que lo guiaron hasta un árbol cercano,
donde encontró en las penumbras la silueta de una chica que lloraba
desconsolada, al acercarse más notó que era una muchacha muy bonita y que esta
llevaba puesto un vestido rojo. Se aproximó a ella y con voz suave trató de
consolarla “Oye amiga, ¿por qué lloras?, tranquila, vamos, una chica tan guapa
como tú no debería de estar aquí sola, ya no llores, ven conmigo, mis amigos
tienen una fiesta, ¿por qué no vienes conmigo? Yo te invito”
De pronto la chica volteo a mirarlo de frente revelando su
verdadera identidad y soltando un grito macabro y espeluznante que hizo un
terrible eco por todo el campus, dejando al descubierto su rostro siniestro,
Alejandro sintió que su cuerpo se desvanecía en humo, y congelado por el pánico,
pudo observar ese terrible rostro por unos segundos, y sin darse cuenta
siquiera, emprendió carrera hacia la salida de la universidad, siendo
perseguido de cerca por el terrible espíritu, pero logrando escapar del
terrible ente.
Corrió desaforado por las calles oscuras y llegó a la fiesta
en un estado de pánico y shock total, sus amigos trataron de tranquilizarlo,
pero fue inútil, no pudiendo controlar sus gritos de terror, cayó al suelo
desmayado, y no fue hasta su despertar al día siguiente, que pudo relatar lo
que le había ocurrido.
Días después, el joven abandonó la universidad y nunca se
volvió a saber nada de él.
Se dice que aún ahora a la media noche, se pueden escuchar
los lamentos de una joven que llora desconsolada, esperando que algún caballero
se aproxime a consolarla para descargar toda su ira y frustración sobre él.