Hoy les hablaré de algo que casi nadie habla en los blogs
donde se habla de Japón, y eso es la
parte negativa.
Y esto es porque la mayoría de esos bloggeros que te hablan
de lo Kawaii que es Japón y su gente, están en Fase Uno y de ahí jamás salen,
porque nunca han tenido la oportunidad de vivir la cultura, de tratar con un
japonés, y mucho menos de vivir en Japón un día a día.
Sin embargo, Japón se vive por etapas o Fases.
Fase Uno: Japón es un país
maravilloso, con una cultura maravillosa e intachable, son una raza superior,
tremendamente inteligentes, amables, considerados, respetuosos, cálidos,
dispuestos a dar la bienvenida al extranjero con el corazón en la mano, un país
de eternas sonrisas al cliente, una paraíso idílico donde la corrupción, la
delincuencia y los peligros, no existen. Un mundo mágico donde la fantasía es
realidad, donde las caricaturas te saltan de la pantalla para llevarte a viajar
por el arcoíris hasta una bonita Okiya donde de seguro una Geisha o dos
bailaran para ti y posarán para tus fotografías. Donde viajar en Shinkansen
rumbo a Osaka es un sueño hecho realidad.
Fase Dos: Choque frontal
contra la realidad, visión clara de las cosas, se caen las bardas de la fantasía
y el paraíso se vuelve el infierno. La realidad te cachetea una y otra vez
mientras se burla de tus ideas preconcebidas y te das cuenta de que del amor al
odio de verdad hay menos que un paso.
Fase Tres: Logras el
equilibrio entre el Odio y el Amor.
Ahora con eso definido, comencemos.
Verán chicos, pese a que tiene cosas maravillosas y muchos
ejemplos que dar al mundo, Japón no es wonderland, ni mucho menos, todo lo
contrario, y cuando digo todo lo contrario, CRE-AN-ME.
Por ejemplo yo jamás estuve en fase uno, pero vaya que
conocí la fase dos y finalmente llegué a la fase tres, a la cual de verdad muy
pocos llegan. Ya que muchos nada más tocar la Fase Dos, se aleja de la cultura
japonesa sin querer saber nada más de ella.
Para empezar quiero aclarar que, cuando comencé a estudiar
japonés, no lo hice por el anime y manga, o porque me enloqueciera la cultura
japonesa, con honestidad les diré que entré a estudiar japonés porque me gustó
el idioma después de oír una canción, pero cuando ingresé a la escuela de
japonés, yo no sabía NADA, pero NADA, de la cultura japonesa.
Sabía lo básico que sabe todo el planeta, que había geishas,
samurái, katanas… que de ahí venia el anime y nada más. Y respecto al anime ni
siquiera me importaba que fuera o no japonés, a
mí no me importaba la nacionalidad de una caricatura, fuera gringa,
italiana, japonesa o coreana, a mi lo que me importaba era que me gustara la
trama y se acabó, no tenía ni idea lo que era la cultura del anime. Y haciendo
un breviario les diré que estudiar japonés sólo porque te gusta el anime, es un
garrafal error, eso lo probaron todos mis compañeros que entraron por esa
razón, y abandonaron los estudios en Básico 2, ya que se dieron cuenta que era
una lengua muy difícil y mucho proceso de aprendizaje para sólo aprenderlo por
hobby. Para estudiarla tienes que tener
un auténtico interés por el idioma y no por el anime.
Volviendo a mi historia, no fue hasta que me adentré en el
idioma (intermedio) que comencé a interesarme por conocer más de la cultura japonesa
y comencé a conocer más de ella y el país del sol naciente, pero todo desde una
perspectiva objetiva, jamás fanática o fantasiosa, si bien llegué a apreciar el
cosplay por su magia, ese sentimiento no se extendía a todo lo que envolvía la
cultura japonesa, la veía como un tema interesante del que se podía aprender
mucho pero a sabiendas de que de seguro tendría sus paramos oscuros, como todas
la culturas. Por esa razón jamás pase por la fase uno. Pero vaya que llegué a
entrar en Fase Dos.
En mi experiencia personal les diré que, en lo referente a
los japoneses, la verdad es que, entre más los conoces, más los detestas. Se
los digo francamente, en internet la mayoría dicen que sólo hay dos fases, pero
sinceramente yo diría que existe la fase 3 y esa es la última y la mejor.
Y esta fase 3, es cuando los entiendes, les comprendes, y
llegas a apreciar sus cosas buenas, y en eso te centras para mantener a raya la
constante desesperación y odio que te puede provocar su manera de ser.
Pero como diría Jack El Destripador, vámonos por partes, aquí
les va la Fase Uno v.s Realidad.
Japón es un país
maravilloso, con una cultura maravillosa e intachable, son una raza superior,
tremendamente inteligentes: Para comenzar, Japón sí tiene sus partes
maravillosas pero no todo es polvo de estrellas, y eso de ser una cultura
maravillosa e intachable está muy alejado de la realidad, que si bien muchas de
sus costumbres sociales destacan y las admiro, no todo es perfección, desde
ahora se los digo, no son una raza superior a ninguna, no son tan inteligentes
como se cree, en realidad es todo lo contrario, PERO, son disciplinados
lo que los ayuda a balancear ciertas deficiencias…
Amables,
considerados, respetuosos, cálidos: Hipocresía forzada por conceptos como
el Omoiyari y el Omotenashi. Y si bien el respeto es real, ya que a pesar de
que puedan estarte maldiciendo mil veces por dentro nunca te dirán nada, ese
concepto de respeto no se extenderá a tus costumbres o tu cultura la cual será
considerada como inferior a la japonesa aunque tratarán de no decírtelo en la
medida de lo posible… en la medida de lo… posible… Y si entras a formar parte
de la familia, olvídate de ese respeto porque es muy probable que tu venerable
suegro, se tire varios gases delante de ti como si nada y tu suegra te eche en
cara las deficiencias de tu cultura contra las maravillas de la cultura
japonesas, la cual por cierto NUNCA TIENE UN SOLO NEGRITO EN EL ARROZ (aunque
lo tenga) y si lo tiene siempre será culpa de los extranjeros, de Japón, jamás… Y en eso de ser cálidos, olvídalo, ni casado
obtendrás calidez de tu esposa o esposo japones.
Dispuestos a dar la
bienvenida al extranjero con el corazón en la mano, un país de eternas sonrisas
al cliente: Sí, eso es muy cierto, desde el concepto del Omotenashi, un
concepto que habla de tratar siempre de excelente manera al cliente, sin
importar el estado de ánimo o sentimientos personales de quien atiende. Pero
ese el punto, no te están viendo como persona, sino como cliente, pues como
persona, jamás recibirías Omotenashi, y las sonrisas que verás como cliente serán
fingidas, ya que están obligados a hacer sentir bien al cliente. Pero a ti como
persona, persona común y corriente que va por la calle, no esperes una sonrisa,
ni tampoco si entras en la tiendita de la esquina, esas sonrisas omotenashi
sólo las recibirás en Hoteles, restaurantes, y establecimientos grandes o de
host al público. Y cuidado con que tú las devuelvas porque no sabrán que hacer,
pues, está en el guion sonreírle al cliente, pero no está el guion que el
cliente les sonría de vuelta. Ahora como extranjero desde ya tendrás por
default una etiqueta en la frente que diga “Peligroso” “No confiable” o ambas,
eso para comenzar.
Un paraíso idílico donde la
corrupción, la delincuencia y los peligros, no existen: Cuidado con
este tema, porque sí que existen, sobre todo para la mujer extranjera que
decide radicar en Japón y que está muy expuesta, precisamente por este concepto
de falsa seguridad total. Si bien los peligros no proceden directamente de
japoneses, sí que viene de otros asiáticos que viven en Japón, y créeme que a
veces llega a ser imposible para algunos extranjeros distinguir entre un japonés,
un chino o un coreano (aunque por experiencia les digo que sí se puede, pero no por sus caras sino
por otros aspectos)
Un mundo mágico donde
la fantasía es realidad, donde las caricaturas te saltan de la pantalla para
llevarte a viajar por el arcoíris hasta una bonita Okiya donde de seguro una
Geisha o dos bailaran para ti y posarán para tus fotografías: Sí bien si
hay una gran cultura de la fantasía y las caricaturas Anime, la realidad en
Japón se te estrella constantemente en la cara, así que eso de vivir en la fantasía,
dura lo mismo que dura una convención, o sea, sólo unas cuantas horas en un
día. Ahora respecto a las Geisha, contrario a lo que todo el mundo piensa, no
son un atractivo turístico para todo el mundo, de hecho, está muy restringido y
sólo lo pueden disfrutar un grupo selecto de personas que en su mayoría no
incluye extranjeros, y para poder entrar a una de estas famosas casas de Té,
debes ser invitado por algún prominente amigo japonés que te invite a su
Osashiki, de otra forma no habrá manera que se te permita entrar a un Ochaya,
mucho menos a una Okiya donde ni los clientes entran, ahí sólo las Geishas
pueden pasar. Otra cosa con respecto a esto, las Geiko y Maiko de Kyoto están
hartas de los turistas que continuamente pretenden que estas se detengan y les
brinden una foto, pues les hacen perder el tiempo, y ellas van camino a SU
TRABAJO al cual tienen que llegar tremendamente puntuales, y los turistas sólo
estorban, y no sería poco común que una Geisha o Maiko te estrellara la cámara
en la cara si te interpones en su camino. Yo no las culparía, ellas, repito,
van a su trabajo, de eso viven, no están ahí para ti y hay que respetarles eso.
Donde viajar en
Shinkansen rumbo a Osaka es un sueño hecho realdiad: Para comenzar el
Shinkansen es muy caro… Todo en Japón es muy caro, y si pretendes hacer un
viaje en el que te traslades a otra parte de Japón en Tren Bala, mejor ve
rompiendo varios cochinitos porque el hospedaje también será muy caro.
Fin de la contienda, ganador: La cruda realidad.
Cuando entras en la Fase
Dos, o más bien la realidad te obliga a entrar en la Fase Dos, te das
cuenta de todo esto y cosas peores, y comienzas a conocer al verdadero Japón y
a los verdaderos japoneses, todo lo que conlleva tratar o convivir con ellos, y la cosa da un giro de
180 grados.
El amor poco a poco y por obra de los mismos japoneses, no
tuya, se vuelve aversión y odio en el peor de los casos, ya que te complican a
ti con su forma tan complicada forma de ser, y te comienzas a cuestionar de verdad
¿qué demonios es lo que la gente ve de atractivo en esta cultura tan cerrada y
opresiva?. Y te das cuenta que la gente que piensa en Japón como en un paraíso
terrenal, no conocen absolutamente nada de Japón…
Y después de la Tormenta, la Calma…
Fase Tres:
Aprendes a convivir con ellos, pero sabes que jamás van a empatar del todo, y
que la tolerancia y la cordura realmente tendrán que venir siempre de tu
parte, porque jamás llegará de ellos. Ya que ellos con todo y su Omoiyari y
demás conceptos que de primera mano suenan admirables, jamás podrán superar sus
ideas arcaicas y su gran ego-orgullo japonés. Te das cuenta que la cultura más
madura es la tuya, pese a que a simple vista parezca todo lo contrario, valorarás
más tu propia cultura y aprenderás que incluso muchos aspectos de tu cultura
están muy por encima de los de la japonesa, aprenderás a dar tu cariño en la
medida adecuada, porque te darás cuentas que algunas personas no son dignas de
un cariño latino limpio que jamás sabrán valorar, no porque sean malas, no, sino porque no está en el guion, y recuerden
que los japoneses sólo actúan por… como decirlo, reglas prestablecidas,
conceptos prestablecidos, una mente colmena que no se atreve a salir del molde
por un excesivo miedo a lo diferente, en pocas palabras, ellos siguen su guion
y nada más…. Razón por la cual de una forma o de otra, por más amigo que creas
ser de un japonés siempre terminarás excluido de muchos aspectos de su vida,
porque simplemente así es la costumbre con los extranjeros. (De esto les
hablaré en otra entrada)
Y sobre todo aprenderás a valorar las dos culturas; la
japonesa en sus cosas positivas, pero gracias a sus aspectos negativos, también
aprenderás a amar y valorar los aspectos positivos de tu cultura, ya que los
latinos tienen la mala costumbre de reconocer sólo sus aspectos negativos y por
ende casi nunca logran ver sus aspectos positivos.
A raíz de esta entrada comenzaré a publicar más información
de Japón, pero les advierto, no todas serán rosas, bellas y kawaii, pero eso sí
TODAS las entradas respecto a este tema serán realistas, incluso crudas, y ya
sean por su propia naturaleza más oscuras que la noche o más claras que el día,
serán siempre objetivas y realistas. Así que con esta advertencia, no acepto
quejas de personas Fase Uno, ya que hay que conocer de verdad una cultura antes
de opinar sobre ella.
Completamente de acuerdo con tu análisis...Entonces, con toda la experiencia que tienes, sinceramente, recomendarías a un mexicano (o pareja mexicana) vivir en Japón? (considerando que la persona ya sabe los contras y pros, y que definitivamente en ningún lado se encuentra una vida fácil)
ResponderEliminarSaludos! :D
Pues verás, sinceramente no lo recomendaría, no sólo por los continuos choques culturales y la represión de la sociedad que se extiende hasta en ámbito laboral, donde tendrás que aprender a vivir bajo conceptos como el tatemae del que hablo en la entrada que está por salir, pero por sobre todas las cosas, lo que yo veo realmente peligroso es el nivel de radioactividad que tiene Japón en estos momentos y que está velado al mundo porque así conviene a los intereses de los de arriba, te recomiendo leer mi entrada “La verdad sobre Fukushima” que puedes encontrar al pie del Blog, para que veas la realidad de la situación, pues para comenzar el manto acuífero que yace bajo Tokyo que es el que alimenta a la ciudad está totalmente contaminado. Independientemente de eso, te recomiendo más quedarte en México, pese a todo, o si deseas salir del país, buscar otro lugar, pero Japón no. Sur Corea es actualmente un lugar recomendable de Asia, pero si eres abierto a la posibilidad de ir a otro continente, Suecia o Noruega ofrecen excelentes opciones, pero yo que he vivido en varios países debido a mi trabajo, te diré algo por experiencia personal: No hay país perfecto con vida totalmente fácil, (y en Londres ni se ocurra pararte más que a vacacionar) pero si algo aprendí es que por muy bueno que sea otro país, como nos decían las abuelitas mexicanas "En tu casa eres Rey, en otro lugar eres arrimado” y eso se aplica a los países también, con todo lo malo que tiene México también tiene muchas cosas positivas, y es tu casa, pero claro que puedes encontrar un buen hogar en otro lado. Pero respondiendo directo a tu pregunta, No, no te recomiendo Japón, incluso conozco amigos que aun conociendo de Pe a Pa los contras y pros de Japón, se fueron a vivir para allá y no aguantaron ni seis meses. Créeme no es nada fácil, nada nada fácil. Japón tiene cosas hermosas pero al igual que Londres sólo para visitar, para vivir… no, realmente no. Espero amigo que te haya servido de algo mi experiencia y cualquier duda, ya sabes, aquí con gusto responderé.
Eliminar